"El paciente con cardiopatía puede obtener beneficio de la actividad física realizando ejercicio al menos 30 minutos"

El Dr. Ignacio Echeverría Lucotti ha impartido una charla en el hospital IMED Elche bajo el título, "Ejercicio físico en personas con angina o infarto", cuyo objetivo ha sido ofrecer una serie de claves sobre la adecuación de la actividad física en pacientes que sufren una cardiopatía. Como el propio Dr. Echeverría ha destacado, "el ejercicio físico es un elemento fundamental que ayuda a mejorar las tasas de supervivencia tras sufrir un evento cardiaco, no obstante la programación de este ejercicio debe realizarse con el control necesario y la supervisión por parte de un cardiólogo y un rehabilitador". 

Sobre el ejercicio físico en personas con cardiopatía

La disminución en la mortalidad de los eventos coronarios en la década de los 70 y 80 se debió fundamentalmente a los avances en los tratamientos y cuidados que se aplican en los primeros días del evento o fase hospitalaria (antiagregantes, heparinas, técnicas de revascularización). Por suerte, la mortalidad en este grupo de personas en la última década sigue disminuyendo, gracias a la optimización de los tratamientos mas allá de esta etapa aguda. La combinación del uso de fármacos específicos con la incorporación de hábitos saludables ha permitido que los pacientes cardiópatas vivan cada vez más y con una mayor calidad de vida.

Estudios demuestran que el ejercicio regular como arma terapéutica ha logrado disminuir la mortalidad en un 27% con respecto a individuos con hábitos sedentarios. La mejora en el control de los factores  favorecedores de la ateroesclerosis como la obesidad, los niveles altos de colesterol o  la diabetes, ha facilitado en control de la tensión como elemento fundamental. Además, el corazón de las personas activas, esta más vascularizado y sus capilares tienen una mayor capacidad de dilatación entre otros muchos factores beneficiosos. La otra piedra angular en la estrategia de prevención es el abandono del tabaco.

El paciente con cardiopatía puede obtener beneficio de la actividad física realizando ejercicio al menos 30 minutos, cuatro o mas días a la semana. Para facilitar el cumplimiento de este objetivo, se recomienda realizar la actividad en intervalos de 15 minutos. La intensidad del ejercicio debe ser intermedia para que sus efectos sean beneficiosos.

Antes de iniciar un programa de entrenamiento, el cardiólogo realizará una valoración con el fin de asegurar que el paciente está recibiendo el tratamiento correcto, que las cifras de tensión y de frecuencia cardíaca se encuentren dentro de lo establecido y que la valoración general está actualizada con un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo. La prueba de esfuerzo nos permitirá saber cómo se comporta el corazón durante el ejercicio y nos permitirá individualizar la intensidad del ejercicio que cada paciente puede y debe desarrollar.

En líneas generales un ejercicio a intensidad intermedia es aquel que permite mantener el mismo ritmo más de 10 minutos, a una frecuencia cardíaca correspondiente al 60-70 % de la carga máxima alcanzada en la prueba de esfuerzo. En caso de realizar ejercicios con bandas elásticas, mancuernas o poleas, el peso adecuado es aquel que permite realizar entre 15 y 20 repeticiones. Estas generalidades no pueden ser aplicadas si la prueba de esfuerzo no es absolutamente normal.

Antes de empezar la actividad física el paciente debe saber si en las ultimas horas ha tenido palpitaciones, sensación de falta de aire, malestar en el pecho o sensación de inestabilidad. De ser así antes de llevar a cabo el entrenamiento, el paciente debe consultar con un cardiólogo.

Una buena comunicación entre el paciente, entrenador personal y el cardiólogo, facilitará que mejoremos nuestra condición física minimizando los riesgos potenciales.